CLAUDIA MARTÍNEZ alumna de 2º de ESO A ha obtenido el segundo premio en el concurso de relatos Consuelo Burell que organiza cada curso el IES FCO.GINER DE LOS RÍOS de Segovia, un concurso en el intentamos participar todos los años y que tiene un alto nivel literario. Este año la participación ha sido de carácter voluntario por lo que debemos felicitar doblemente a Claudia por su esfuerzo al participar. Este es el relato escrito por Claudia espero que disfrutéis con su lectura:
MARAVILLAS BAJO UN PUENTE
Al cruzar el puente, el labrador vio con preocupación las nubes negras que se acercaban al pueblo desde el norte. Se detuvo y se acercó al río. Minutos después, tras controlar que nadie le miraba, se metió debajo del puente. Cuando lo vi, yo estaba en el río jugando con mi hermana. Por aquel entonces, yo tenía catorce años y mi hermana Rita acababa de cumplir nueve. Nuestra madre estaba lavando la ropa y nuestro padre no había venido de trabajar. Al ver al labrador, me entró la curiosidad y me acerqué al puente, no sin antes decirle a mi hermana que iba a coger una hermosa rosa azul que había visto. Me adentré en el puente pero no vi nada, estaba oscuro, y no había ni rastro del labrador. Fue entonces cuando de aquel oscuro ambiente, vi como por arte de magia una mariposa, la más hermosa que había visto. Estaba muy lejos y solo se podía divisar un grupo de colores mezclados de tal manera que se parecían a un arcoíris. Me intenté acercar a ella pero cada paso que daba se alejaba de mí. Decidí seguirla y, casi sin darme cuenta, acabé en el límite que separaba el puente y el otro lado. Me detuve y aparté la cara de esa luz cegadora que había a la salida. Me intenté imaginar qué podía haber al otro lado aunque la verdad es que no me importaba mucho, lo que más me importaba era saber de dónde había salido aquella hermosa mariposa. Decidí salir y me quedé impresionada con lo que vi: en frente había un prado verde, a la derecha, una pequeña cascada, al lado de un molino de agua, pero lo que más me sorprendió, además de aquel cálido ambiente, fue una rosa, una rosa del color del arcoíris. Me acerqué a ella pero cuando fui a tocarla, miles de mariposas salieron volando. Levanté la mano y toqué una. En ese mismo instante me caí al suelo.
Me desperté en mi casa, sudando y pensando en qué podría haber pasado. Entonces me dirigí al salón y se lo pregunté a mi madre. Ella me explicó que había sido solo un sueño producto de mi imaginación. Todavía era de noche así que me asomé a la ventana y me quedé mirando la luna. Le pedí un deseo. El teléfono empezó a sonar, lo descolgué y era Paula, mi prima, que llevaba ingresada cuatro meses en el hospital. Estaba muy emocionada porque decía haber visto miles de mariposas arcoíris, así fue como las llamó “mariposas arcoíris”. Luego, colgó. Me tumbé en la cama y suspiré. La luna me había cumplido un deseo, mi deseo.
PSEUDÓNIMO: Colette